Sunday 1 June 2014

Dolor y abandono


Un enfermo que no se rinde, un enfermo que tenazmente persiste demandando atención a través de su enfermedad, que no se recoge de algún modo en su propio dolor, ni en los límites de su cuerpo, y los hace valer, y por tanto también los niega, confunde y hace mucho daño: sobre todo cuando no mejora. No hay necesidad de ser una presa ni de compadecerse o amedrentarse, pero no reconocerse no es la actitud. Creo que hay que evitar reivindicarte sin más, aunque el problema de salud sea importante. Es ubicarse. Preferible redefinir todas las fuerzas, y ser constante. Lo critico, pero también tiendo bastante a acomodarme. La atonía de mi propio ganado desahucio, influye. Es verdad. Pero la rutina sé que es no dejar disiparte tu mismo. Tener claro esa síntesis. Hasta ahora, el único mérito pertinaz mío es no haber querido esquivar los errores. Estos dos próximos años de retos en mi vida son cruciales. Y vivir adaptado, centrándose espontáneamente.


Echarse atrás, en un amigo no siempre está tan mal