Friday 9 June 2017

Locura y estocástica

No es que yo esté tan al tanto en psicopatología académica, pero puedes leerlo por ejemplo en la obra de Castilla del Pino. El delirio no es una opción. O tu imaginación se convierte en una verdad material, y no algo que solo te concierne plausible, o no. Imposible elegir sentirlo. Pero sí existe en ciertos sujetos la capacidad de tomar las medidas oportunas cuando la fantasía deja de ser un "como si" a ser tratada como siendo real. Castilla, para que se pueda entender, pone el ejemplo de la conducta masturbatoria: el sujeto sabiendo que momentos previos al orgasmo va a relacionarse con su fantasía no "como si" fuese real sino siendo real, toma de antemano las reservas adecuadas en su intimidad para dejar a salvo su identidad. Ante la inquietud de tantos, decir que esta conducta, ‘lúcida’ o ajustada, no es estrictamente lo habitual en las psicosis endógenas, pero a veces ocurre y se da como producto de la experiencia de haber delirado en alguna ocasión. Sea como sea, el delirio es una manera de jugar con uno mismo, y uno delira, aunque sea dicho de forma simplista, de lo que "quiere". Ni mucho menos tienen porque ser fantasías violentas. La locura nunca es absoluta y el inconsciente moral de cada cual puede estar conservado. La actitud de considerar al psicótico como un predelincuente (vuelvo a Castilla) no tiene base, todo sujeto normal, resulta lógico, se encuentra en esa categoría...
La violencia en el ser humano es difícilmente predecible. Y los datos están ahí avalando que el psicótico es ante todo una víctima (ya sea física o psicológica) de violencia externa, y no un protagonista de hechos que suelen ser llamativos por su excentricidad inexplicable pero raros estadísticamente.


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