Me parece bonito. Sincronizarse. Los otros. Enviar un señal, que
vuelva a ti. Pero parece una magia. No tanto cuando veo pobres pobres. O
tiranos muy étnicos. Pienso sobre todo en niños y niñas de aquí y de
allí cuando sean adultos. Ni ese futuro común
cosmopolita. Autistas y pequeños con déficit intelectual atados. Lo
siento. Sin esta peligrosa refugiada.
Freud
creía que el ser humano era malo y cruel
por naturaleza. Que solo la represión de la cultura (y el
autoconocimiento, todo hay que decirlo) lo contenían. No llego a tanto.
Aunque supongo los demás son como uno. Seres intrigados en el fondo; por
saber, tener o sentir. Quizá fascinados por la desprotección de sus
crías y aquellos/as que las
remedan estética o espiritualmente. A lo sumo seres edificantes. ¿Alguna
idea colectiva queda en el tintero? Le pondría todavía pedestal ninguna...
El presente primero nace en uno y luego se extiende. Si
primero se extiende... aparece el germen del totalitarismo. Aunque, sin
duda, mirarse individualmente descuidando el medio (que no es mirar
mucho adentro) conlleva atomizarse en la depredación quisiera ser práctico.
Me preocupan las dos visiones. Una trascendente,
otra codiciosa o ambiciosa. Ambas no profanas y disolventes de la
realidad de uno. Suena brusco, pero el hombre no son los hombres. El hombre es el hombre. Occidental, mortal, individualmente marica.
Happy Birthday!
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